martes, 15 de enero de 2013

Piedad Bonnett



Piedad Bonnett (Amalfi, 1951) es una poeta, novelista, dramaturga y crítica literaria colombiana.

Es Licenciada en filosofía y letras de la Universidad de los Andes donde ha ejercido como profesora en la facultad de artes y humanidades desde 1981. Su poesía, teatro y narrativa están profundamente arraigadas en su experiencia vital y expresan la visión de la mujer de clase media en un país desgarrado por múltiples violencias, desigualdades y conflictos. Ha desarrollado, además, una fructifera labor crítica y de difusión de la poesía colombiana.



“Sólo en términos de pasión puede describirse una pasión"

(...) Y lo que más sé es que esta poesía no es para ser leída, creo que la poesía no se lee, es una operación espiritual distinta. La poesía de Piedad Bonnett acompaña. Hay que echarla en el bolsillo como los viejos amuletos, el colmillo del cocodrilo relleno de pelos de vida. Ahí como manual de sobrevivencia frente a las destrucciones de la idiotez, el horror y la perplejidad.

Gracias Piedad Bonnett, gratitud para tus Explicaciones generosas y videntes. Aquí estamos, “jurando nuestro desconocido nombre en vano”. (...)

Por Roberto Burgos Cantor 
Bogotá, 1 de diciembre de 2011



Piedad Bonnett
según Consuelo Gaitán

¿Para qué poetas en tiempos de penuria?



José Asunción Silva, Porfirio Barba Jacob, Aurelio Arturo, Luis Carlos López, León de Greiff, Álvaro Mutis, José Manuel Arango, Giovanni Quessep... ¿Dónde están las mujeres en la poesía colombiana? Se podrían aventurar muchas respuestas pero no es la hora ni el lugar. Solo aportaré un dato: la editorial más prestigiosa de poesía contemporánea en lengua española, Visor, inició su nueva colección Palabra de Honor, con estos nombres: Juan Gelman, Luis García Montero, Ángel González y Piedad Bonnett. Con esta voz poética, no es para menos. Este es su poema “Oración”:

Para mis días pido,
Señor de los naufragios,
no agua para la sed, sino la sed,
no sueños
sino ganas de soñar.

Para las noches,
toda la oscuridad que sea necesaria
para ahogar mi propia oscuridad.

Precisamente con su último libro, Explicaciones no pedidas, de próxima aparición en España, obtuvo el premio Casa de América 2011, distinción que se suma al Premio Nacional de Poesía obtenido en 1994 aquí.
Cuando se le pregunta a la escritora Piedad Bonnett cuál es su lenguaje natural, ella contesta sin dudarlo: la poesía. Y es que su más de media docena de libros lo atestiguan: allí hay una voz propia, poderosa y distinguible. El mundo poético de Bonnett es triste, muy triste. Desde sus primeros poemas son la soledad y el miedo la materia que circula por entre el lenguaje desprovisto de artificios:

De niña me fue dado mirar por un instante
los ojos implacables de la bestia.
El resto de la vida se me ha ido
tratando inútilmente de olvidarlos.

Y eso es lo que distingue su voz: esa manera contundente, casi valiente, de vivir el miedo, el desconcierto y los desarraigos que va brindando la existencia. No huye del dolor, descubre sus heridas, se lee a sí misma y se muestra como espejo ante nosotros, sus lectores, y nos devuelve esa lectura en forma de poesía y, a veces, logra que lloremos juntos: por la precariedad de un padre cargado de miedo y de miseria, por las incertidumbres de nuestros hijos, por el amante que se desvaneció entre sueños, por la casa familiar que ya no está, por la belleza imposible de una tarde... Su refugio es la poesía, les da forma a esos miedos primitivos y ancestrales, les opone resistencia con la palabra. Allí la verdad y la belleza van de la mano escuchando el rumor constante de la muerte, “porque no hay cicatriz, por brutal que parezca, que no encierre belleza”.
Pero la poesía de Piedad Bonnett está llena también de matices irónicos y de guiños a la vida. Con qué meticulosidad describe el orden cotidiano de las cosas, su misterio, los pequeños rayos que iluminan los recovecos del día a día, los caminos que se escogen sin buscarlo y las trampas que tiende la vida:

Innobles son los tratos que la vida propone.
Escoge —nos ladra la muy perra—
entre tu bilis negra y tu soberbia.

Cómo no esbozar una sonrisa ante el ofrecimiento que le hace al amante ausente y silencioso; no son reproches, ni pedidos, es el reflejo irónico de sí mismo:

Te ofrezco a cambio
todo el silencio que tu oído pide,
que tu corazón pide,
y de puntillas
salgo de ti.

En últimas, hay un gran consuelo en estas imágenes descarnadas e irónicas; son hermosas —“y va la soledad pegada al viento”—, nos sirven de asidero, serenan las congojas del alma — “es demasiado sol para mi pena” —, nos ayudan a vivir: siempre hay paz en la certeza.




Si me urgiera precisar en dónde radica, a mi modo de ver, 

la soterrada, secreta virtud que sustenta el vigor, belleza 

y singularidad de esta poesía,
no vacilaría en referirla a la riqueza de las intuiciones poéticas 

que, subyacentes, marcan la génesis de los poemas, 
y a la perfecta adecuación 
expresiva con que esas intuiciones 
quedan marcadas en los textos.

Ramón de Zubiría




Es verdad que los poetas, una vez consolidada en nuestras sociedades la mentalidad burguesa —pragmática y acumuladora—, perdimos el aura: eso ya lo dijo hace más de un siglo Baudelaire, haciendo ver también que, paradójicamente y por fortuna, esa pérdida nos ha permitido ser más independientes. Pero, ¿y la poesía? ¿Podría interpretarse ese desinterés de los medios como un indicio de que no ocupa sino un pobre rincón en nuestra cultura? El panorama no parecería, a simple vista, tan desolado: en Colombia hay festivales, una colección como la del Externado de Colombia, gestores culturales que, de forma casi milagrosa, crean grupos de lectores de poesía en regiones apartadas, pequeños editores que se arriesgan a editarla, casas de poesía y una que otra revista especializada… Pero esas manifestaciones, casi todas debidas a esfuerzos de individuos o pequeños grupos, son tan sólo prueba de que la poesía ni ha muerto ni morirá, de que siempre habrá un pequeño ejército de cultivadores de este género y de seres que sienten la necesidad de expresarse en su particular lenguaje.

Piedad Bonnett





En su obra me sorprende siempre encontrar que esta magia del lenguaje, que crea una imagen a partir del apareamiento de ideas simples, se repite no sólo al nivel del verso (contigüidad maravillosa de palabras exiliadas) sino también a nivel del poema y del libro donde se crea como una especie de figura fractal que se repite en una dimensión cada vez mayor, hasta alcanzar su objetivo totalizador. Hasta que logra contener en ella todos los destellos de esa realidad que más tarde habrá de definir como monedas y fragmentos de espejo cuidadosamente recogidos en un basurero.

Clara Eugenia Ronderos






Y no se crea que ingenuamente yo espero que a todo el mundo le guste la poesía, porque tampoco a todo el mundo le gusta el fútbol o el cine o el sushi. Sólo me duele —tal vez, ahí sí, ingenuamente— de que desde los escenarios que debieran propiciar su descubrimiento y su aprecio se haga tan poco por ella. Por fortuna, internet aparece cada vez más como opción divulgadora de la poesía. Mientras los medios tradicionales se desentienden de ella, y la escuela le teme, allí, al alcance de un clic, podemos encontrar tanto a Quevedo como a Wistawa Szymborska.

Piedad Bonnett





Bibliografía

• De Círculo y Ceniza, 1989 
• Gato por liebre, teatro 1991 
• Nadie en casa, 1994 
• El hilo de los días, 1995 
• Ese animal 'Que muerde el aire afuera, 1997 
• Se arrienda pieza, teatro 
• Sanseacabó, teatro 
• Noche de epifanía, versión teatral de Shakespeare 
• No es más que la vida (antología), 1998 
• Todos los amantes son guerreros, 1998 
• Después de todo, novela, 2001triste, 1996 
• Imaginación y oficio, entrevistas críticas a poetas colombianos, 2003 
• Para otros es el cielo, novela, 2004 
• El mundo según Gabriel García Márquez, antología de definiciones, 2005 
• Siempre fue invierno, novela, 2007 
• Los privilegios del olvido (antología), 2008 
• Las herencias, 2008 
• Las tretas del débil, 2008 
• El prestigio de la belleza, 2010


Premios

• Premio Nacional de Poesía Instituto Colombiano de Cultura, 1994 
• XI Premio Casa de América de Poesía Americana, 2011.1

Fuente:

Wikipedia - http://es.wikipedia.org/wiki/Piedad_Bonnett



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